La microbiota es el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus y parásitos) que reside en nuestro cuerpo y cuando se desequilibra aparecen trastornos en la piel. Consigue un rostro mucho más saludable cuidando de este maravilloso ecosistema que nos hace únicos.
Índice de contenidos:
¿Qué es la microbiota de la piel?
La superficie cutánea constituye un complejo ecosistema en el que cohabitan bacterias, hongos y microorganismos que participan activamente en la función barrera y protectora de la piel.
A estas comunidades de microorganismos que residen en la piel se les conoce como flora cutánea o microbiota cutánea.
La colonización de la piel comienza ya en el nacimiento, por parte de los gérmenes presentes en el canal de parto de la madre con los que el bebé entra en contacto. Posteriormente, la diversidad en la composición de la microbiota continuará aumentando.
Otros factores que influyen en la composición y salud de la flora cutánea son personales. Por ejemplo, la edad, el sexo, la raza, el estado del sistema inmunológico, la hidratación de la piel, los hábitos de higiene y lavado de la piel, incluso la manera de vestir.
En condiciones normales, se mantiene el equilibrio entre sus diferentes integrantes, pero cuando el delicado equilibrio de este ecosistema se altera, ya sea por condicionamientos personales o ambientales, se producirá una alteración que se traducirá en forma de afecciones cutáneas.
Consecuencias de una microbiota desequilibrada
La flora cutánea desempeña un papel importante tanto en la preservación de la salud como en el origen de enfermedades. Por este motivo, si el ecosistema de la piel está alterado (disbiosis), es más probable que se produzcan problemas como descamación, picor, la dermatitis atópica, la psoriasis y la rosácea.
Existen varios factores que directa o indirectamente, pueden romper este equilibrio como seguir una dieta desequilibrada, rica en grasas o azúcares, la toma de antibióticos, la contaminación, el estrés o los hábitos de higiene, por ejemplo, el exceso de lavado puede alterar el pH de la piel, así como el uso de cualquier jabón, crema, maquillaje, perfume o producto que irrite la piel.
¿Cómo se puede cuidar la flora cutánea?
Para mantener una piel suave, elástica, y capaz de hacer frente a las agresiones externas, debemos mantener un nivel de hidratación adecuado y reforzar la barrera cutánea para que la flora cutánea cumpla su doble función como barrera física e inmunológica.
El estrés, las limpiezas agresivas, la exposición al sol, la contaminación pueden hacer que la microbiota de la piel se desequilibre, y que provoque enrojecimiento, piel sensible, sequedad o incluso dermatitis atópica.
Si quieres reforzar tu flora cutánea te proponemos que busques productos suaves, respetuosos con la piel, que estén enriquecidos con ingredientes activos y que contengan complejos probióticos que restauren el equilibrio de la microflora cutánea.
Además, intenta encontrar un equilibrio en tu higiene diaria, lávate con delicadeza, sin frotar en exceso, cuida tu alimentación, hidrátate correctamente y protege tu piel del sol.
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